Pero ¿qué es la actualidad? El
concepto de actualidad ha evolucionado notablemente en los últimos años. Hace
200 años la actualidad quizá era saber lo que había pasado en el último mes, quizá
te enterabas con semanas de retraso que había salido elegido el presidente de
los Estados Unidos. Sin embargo ahora la actualidad se encierra en un click, en
un abrir y cerrar de ojos puedes no estar a la última. Puede que dejes el móvil
10 min y te hayas perdido el acontecimiento del año. Lo verás un rato después
pero ya no serás el primero. Sin embargo creo que no debemos confundir este
concepto de instantaneidad con el del buen periodismo.
Un buen periodista sabe publicar en el momento justo a la
hora exacta, pero con precisión. No publica al aire como a quien le da igual
decir una cosa o su contrario, sabe que debe decir la
verdad, siempre y reconoce que si alguna vez comete un error tendrá que
rectificar y pedir perdón.
Decir la verdad no consiste en no implicarse, consiste en
querer llegar al fondo de las cuestiones aunque no guste en ciertos sectores,
lo peor que le puede pasar a un periodista es querer contentar a todos, porque
no lo hará a ninguno. No indagará no profundizará y será todo algo genérico y
superfluo.
Decía un clásico: “Decir la verdad te puede generar problemas, pero
son los problemas que me gustan”. Creo que tiene razón. Por eso me gusta
escribir, pero me da pena que con la evolución de las redes sociales, que
aportan unas herramientas increíbles, se pierda cierta conducta ética en el
periodismo.
El periodismo ha de ser esa pieza incómoda que descubre la
verdad, que suscita debates en la sociedad, que realmente sea ese cuarto poder.
Ha de servir para que los ciudadanos nos informemos, nos formemos una opinión
para que después podamos debatirlas, no ha de ser en ningún caso un instrumento
político. Ahora parece que los periódicos están hechos a la medida de los
partidos políticos, cuando en ningún caso debería ser así. Tenemos debate
cuando los partidos quieren debate, salvo raras excepciones el periodismo está
perdiendo sus señas de identidad.
Estamos a tiempo de cambiarlo, luchemos por ello.
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