lunes, 21 de enero de 2013

Barcenas- Armstrong. La punta del Iceberg.


Esta semana comienza con los ecos de la entrevista de Oprah Winfrey a Lance Armstrong y con Bárcenas como primera plana de todas las portadas de los periódicos nacionales.
¿Qué tendrán en común Armstrong y Bárcenas? Es evidente, han engañado, sobornado y estafado a quien fuera y a costa de lo que fuera para lograr sus objetivos. Si todo lo que se está publicando sobre el extesorero del Partido Popular es cierto tenemos que empezar a preguntarnos si es posible la limpieza en la política.
En el ciclismo y en la política nos encontramos ante dos claros reflejos de la sociedad actual, los héroes, y por ello muy poco comunes, son los que están limpios. En el ciclismo ya no sabemos quién fue el último ganador de un Tour de Francia que no haya sido condenado por dopaje y en la política rara es la semana en la que no saltan casos de corrupción que salpican a unos y otros partidos.

En una entrevista que hace unos meses realizó Iñaki Gabilondo a Jordi Evolé, explicaba éste último de una manera sencilla que lo que tenía que ocurrir en nuestra sociedad es que era necesaria resetearla, como un ordenador que lo apagas, sacas todo lo contaminado que lleva en su interior, lo dejas reposar y lo vuelves a encender. Esta imagen, aunque un poco utópica y poco concreta, me parece que es un símil muy preciso para la sociedad actual.

No sólo me refiero al ámbito político sino también como es lógico al ámbito económico ya que una de las razones por las que estamos en la crisis actual es por el afán de lucro desmedido y sin ninguna barrera ética que les frenara. En muchos casos era legal lo que estaban haciendo (en la mayoría, ni mucho menos en todos), no estaba prohibida su conducta sin embargo estamos empezando a ser conscientes de que la barrera entre lo permitido y lo que debemos hacer no siempre están a la misma altura. Eso sí no me olvido que en la multitud de casos de corrupción que salen cada día a la luz no están permitidos por la ley.
¿Qué tendrá que pasar para que cada uno de nosotros cambiemos? Estoy un poco harto de que se comente la sociedad está muy mal, todo el mundo está viciado. No está viciada la sociedad, están viciados muchos individuos de la sociedad (no la sociedad en un sentido abstracto). Presentar soluciones sobre este punto que no sean utópicas se antoja complicado por no decir imposible ya que entra en juego un factor incontrolable: La libertad de cada uno.

No soy pesimista por lo que creo que podemos cambiar (cada uno de nosotros). Tenemos que luchar para ir concienciándonos de que vivimos en sociedad, que trabajamos en sociedad, que nuestra vida no es algo aislada sino que somos un conjunto y que somos lo que somos gracias a que vivimos en sociedad. El individualismo radical nos ha llevado hasta aquí y sólo juntos podremos salir. El esfuerzo lo tendremos que poner individualmente pero todos saldremos beneficiados.