lunes, 13 de mayo de 2013

Depende de ti y de mi...

Callejón sin salida. Túnel sin fin. Calle cortada. Nebulosa envolvente. Son algunas de las imágenes que podrían representar la situación política y económica actual. Querría centrar el tiro sobre el estado de nuestros políticos.
La última encuesta del CIS, publicada hace pocas semanas, muestra que el descontento hacia los políticos, no sólo es generalizado, sino que es el mayor desde que somos una democracia. Además, según el propio CIS, un 40% de los españoles se siente ajeno a la política ya que se encuentran hartos de la situación actual. Si ahora mismo hubiese elecciones un 40% de los ciudadanos se abstendría o no sabría a quién votar.  Es una barbaridad. Sin embargo aquí no pasa nada. Todos nos desahogamos criticándoles, en nuestra conversación todo son lamentos lógicos, reprochamos que la honradez se vea como algo excepcional, que NINGUNO esté abierto a eso que denominamos diálogo. El descontento es mayúsculo, el drama es tal que no se plantean alternativas desde fuera, porque nadie que esté ahora mismo fuera de la política, se ve capaz de luchar contra semejante troll sin que le coma.

Hace tiempo escribí sobre lo que para mí significa la palabra política y sobre cual creo que es el problema. Cada vez lo tengo más claro. Falta una concepción de la política como un servicio a la sociedad, me llamareis utópico, pero creo que es vital. La política no es una profesión más. Gobernar es tener a un conjunto de ciudadanos expectantes bajo tú responsabilidad y todo porque ellos mismos te han querido dar ese privilegio. Si se enfoca como un puesto de trabajo en el que tengo que ir ascendiendo a costa del que sea, cuando estés arriba, lo que te preocupará es que los de abajo no te echen. En definitiva, se deja al margen al ciudadano en pos del ego y del hambre de poder. Obviamente la ambición es buena e incluso necesaria, pero no puede ser el todo, ni siquiera gran parte. 

Otro gran problema es de comunicación. Si un partido quiere gobernar cambiando todo lo que prometió que no iba hacer, sólo tiene una opción: Estrategia brutal de comunicación para tratar de llegar a los ciudadanos, que son los que van a sufrirlo.
Si un político cree que todo lo que está haciendo es estrictamente necesario y que no tiene otra opción, se lo tiene que transmitir a los damnificados y no justificarlo en errores pasados de otros. Lo peor que puedes hacer es esconderte debajo de la mesa.


Sin embargo el ciudadano tiene un papel importante que jugar. No decide quien lidera o deja de liderar un partido, pero decide quien gobierna en el país. Es necesario que los políticos sepan que su inoperancia no les va a ser impune. Viendo el lado positivo partidos minoritarios van en auge y sería muy interesante para el futuro de la democracia que se consolidaran y que sirvieran como toque de atención para los partidos mayoritarios. Su contrapeso es el posible desgobierno como el que se ha vivido en Grecia e Italia.

De todo esto lo que más debe aterrarnos es la falta de ilusión ciudadana en que la situación política pueda cambiar. Sensación de batalla perdida, algo que nos guste o no tenemos que aceptar. Eso es lo que debemos transformar. Cambiar la mentalidad. Debemos, no sólo soñar con políticos mejores sino que debemos fomentar generaciones novadas, ilusionar a la juventud con ideales grandes de cambio, que nada tienen que ver con la radicalidad ni la violencia sino más bien todo lo contrario. En este país seguimos dividiéndonos entre derechas e izquierdas. Es lógico que según ciertas ideas u otras te identifiques con distintas ideologías. Sin embargo, no es lógico despreciar el diálogo y estar abierto a otras ideas por el mero hecho de que no pertenecen a tú partido, y eso también ocurre constantemente en nuestros “líderes políticos”.

En definitiva hay que volverse a ilusionar y empezar a creer que el cambio es posible y ojalá pronto encontremos un referente, un líder, una idea que nos devuelva la esperanza. Sin embargo para encontrar un líder hay que buscarlo. Quejarnos, es un desahogo lógico debido a la situación actual pero cada uno debemos hacer lo que esté a nuestro alcance. Quedarse de brazos cruzados no soluciona nada…